Colombia tiene grandes paisajes por su diversidad de climas. Las tres cordilleras logran que la fauna y flora sean de las más especiales del mundo. Y fuera de ver orquídeas, aves del paraíso, o especies nativas únicas, existe un plan más descomplicado para disfrutar: los atardeceres. Desde El Cabo de la Vela en la Guajira hasta en Leticia en el Amazonas, los atardeceres de colores se ven por toda Colombia.
Hay un lugar muy especial para ver la caída del sol; Villa de Leyva en Boyacá. A sólo tres horas y media de Bogotá, o 40 minutos de Tunja, se encuentra este paraíso colonial que está cumpliendo 448 años. No en vano, Andrés Venero de Leyva hizo de este lugar un paraíso vacacional para la armería española de la época. Llegar a ver sus calles empedradas, sus casas con historia, donde Nació Ricaurte y donde murió Nariño. Este pueblo, patrimonio arquitectónico de Colombia, es un lugar con una energía especial.
Escogí un fin de semana cualquiera para ir a cazar atardeceres. Ya alguien me había comentado que eran especiales. Llegué un viernes entrada la noche, me sorprendió la excelente autopista, con un tráfico fluido, además con unos peajes económicos.
Seleccioné un hotel a dos cuadras de la plaza, pensando en descansar y tener un cómodo fin de semana.

El Hotel Campanario es un gran sitio, sus habitaciones son cómodas y su zona húmeda es perfecta para la atmósfera Leyvana. Me asignaron una habitación en el segundo piso, cerca al observatorio donde pude ver la inmensidad de Iguaque El despertar de sábado fue delicioso, con el susurro de esa naturaleza que uno añora cuando uno vive en el ruido de la ciudad. Un desayuno típico me llenó de energía para arrancar la jornada de exploración.
Salí a ver El Centro de Investigación Paleontológico que muestra lo sucedido con los dinosaurios en esta zona. Los fósiles que allí exponen recrean los movimientos de esas extintas especies, después fui a Santo Eccehomo, un monasterio Dominico que es considerado como un lugar histórico y silencioso. El recorrido por el calendario muisca completó la mañana, De vuelta al pueblo que mejor manera que relajarse con un sauna o un baño turco que ofrece El Hotel Campanario en sus instalaciones.
Escrito por: Rodrigo Figueroa - elmagoastral@ymail.com
Comments